Últimos temas
» Al que no le guste el calor, que no se meta a la cocinapor doonga Hoy a las 06:28
» Karl Jenkins. Jazz fusión-Rock progresivo
por gabin Hoy a las 04:41
» It's only Rock n' Roll but...
por Estocada Hoy a las 04:40
» La bestia del fin y el número 666... ...
por doonga Hoy a las 02:52
» Pregunten y adivinen mi palabra
por doonga Hoy a las 02:50
» ¿Matar a los enemigos o amar a los enemigos?, ¿Que nos mandó Jesucristo?
por Kimo Hoy a las 02:12
» ROSALÍA...'Hentai', anormal, pervertida...
por gabin Hoy a las 02:10
» La Memoria . Leon Gieco.
por Estocada Hoy a las 02:04
» Soy Zulita, cómo están?
por JAGMGeorgy Hoy a las 01:46
» Qué estás escuchando?
por gabin Hoy a las 01:37
» La Gracia (la Misericordia) es guardar todos los mandamientos de Jesucristo...
por Kimo Hoy a las 01:28
» Elías vendrá y restaurará todas las cosas.
por Kimo Hoy a las 01:19
» Tú preguntas y yo respondo.
por Tomb Hoy a las 01:16
» Él viene - Parzival
por Tomb Hoy a las 01:06
» Yo vivo en una ciudad.....
por Zulita Hoy a las 00:34
» ¿Dónde está la dignidad?
por Tomb Hoy a las 00:22
» Qué serie sigues o recomiendas?
por Zulita Hoy a las 00:19
» Imágenes y pocas palabras...
por MagAnna Ayer a las 23:42
» Sólo imágenes
por MagAnna Ayer a las 23:41
» Sobre las diferencias en el foro
por Zulita Ayer a las 23:35
» ¿Señales de recuperación económica?
por EL POSTIGUET Ayer a las 23:29
» Guerra en Ucrania
por MagAnna Ayer a las 23:21
» Música Clásica
por MagAnna Ayer a las 23:04
» Cuando la ignorancia se emplea malamente
por MagAnna Ayer a las 22:40
» Frases de famosos comentadas
por MagAnna Ayer a las 22:24
» Otra sugerencia a la Administración
por MagAnna Ayer a las 21:42
» Libros, libros, libros...
por EL POSTIGUET Ayer a las 21:12
» Acertijos
por EsquizOfelia Ayer a las 19:41
» Hilo para colgar memes...
por gabin Ayer a las 19:39
» .Bagunça...
por EsquizOfelia Ayer a las 19:38
¿Debo decirlo? ¿Debo callarlo?
El foro nuevo :: GENERAL :: De todo
Página 1 de 1.
¿Debo decirlo? ¿Debo callarlo?

Estas son las preguntas que me hago, sin hallar la respuesta adecuada. No debo, ya que así me lo pidió, delatar a la persona por cuya acción, exponiéndose a un grave peligro, ha salvado al mundo de otro peligro mayor: mi existencia. Mi existencia como vampiro, se entiende.
Quien hoy a mediodía, cuando el sol estaba en lo más alto y lucía con todo su esplendor, esplendor que yo antes temía y que huyendo de él me refugiaba en mi negro ataúd, se ha acercado a mi aposento, algo trémulo esa es la verdad, ha levantado la tapa del féretro y con cierto temor ha cogido la estaca de madera de ébano, pulimentada y afilada su punta, merece ser reconocido por todos como un héroe; pero su nombre no diré, quedará entre ambos como un secreto por los siglos de los siglos.
Pero si su nombre omito, no lo haré de su generosa entrega de ofrecer a todos el sacrificio de exponerse a que yo pudiese despertar en ese momento y clavar mis afilados colmillos en su blanco cuello y succionar la sangre necesaria que durante más de doscientos años me ha permitido mantenerme activo.
Una vez la estaca en su mano, le he notado como dudoso. Pese a lo tétrico del lugar mi apariencia no era feroz; podría imponerle lo descolorido de mi rostro (casi tres siglos sin darme el sol es lo normal), o esas manchitas de sangre que aún quedaban en mis colmillos de la succión de ayer noche y que, asomando el alba, no me dio tiempo a cepillar, o la serenidad extraña de mis facciones. O esa capa negra con abotonadura plateada, o el interior de la misma de un rojo sangre y de la seda más primorosa que se pudiera importar de Oriente. Pero ese benefactor de la Humanidad, tras su corta duda, ha levantado con ambas manos la estaca, y asida fuertemente entre sus dedos la ha dejado penetrar en mi corazón de manera rápida atravesándolo todo él.
Y como por arte de magia el vampiro que había en mí ha desaparecido. Y otra vez he vuelto a ser aquel que un día amó a una hermosa dama, hija mayor de un conde y afectada de vampirismo del cual me contagió. Y ahora, ya limpio de esa necrofilia y con una vida normal por delante, con unas expectativas humanas que se me esperan, siento la alegría de vivir y la ansiedad de hacer cosas buenas para que, lo malo que haya hecho durante esa metamorfosis en la que pernocté durante casi tres siglos, desaparezca y se olvide.
Y en prueba de agradecimiento nos hemos marchado, mi destructor y yo, a tomarnos dos jarras de cerveza bien fría y unos taquitos de jamón de Guijuelo acompañado de unas olivitas manzanilla, lo cual, como es de suponer, he pagado yo.
.
Quien hoy a mediodía, cuando el sol estaba en lo más alto y lucía con todo su esplendor, esplendor que yo antes temía y que huyendo de él me refugiaba en mi negro ataúd, se ha acercado a mi aposento, algo trémulo esa es la verdad, ha levantado la tapa del féretro y con cierto temor ha cogido la estaca de madera de ébano, pulimentada y afilada su punta, merece ser reconocido por todos como un héroe; pero su nombre no diré, quedará entre ambos como un secreto por los siglos de los siglos.
Pero si su nombre omito, no lo haré de su generosa entrega de ofrecer a todos el sacrificio de exponerse a que yo pudiese despertar en ese momento y clavar mis afilados colmillos en su blanco cuello y succionar la sangre necesaria que durante más de doscientos años me ha permitido mantenerme activo.
Una vez la estaca en su mano, le he notado como dudoso. Pese a lo tétrico del lugar mi apariencia no era feroz; podría imponerle lo descolorido de mi rostro (casi tres siglos sin darme el sol es lo normal), o esas manchitas de sangre que aún quedaban en mis colmillos de la succión de ayer noche y que, asomando el alba, no me dio tiempo a cepillar, o la serenidad extraña de mis facciones. O esa capa negra con abotonadura plateada, o el interior de la misma de un rojo sangre y de la seda más primorosa que se pudiera importar de Oriente. Pero ese benefactor de la Humanidad, tras su corta duda, ha levantado con ambas manos la estaca, y asida fuertemente entre sus dedos la ha dejado penetrar en mi corazón de manera rápida atravesándolo todo él.
Y como por arte de magia el vampiro que había en mí ha desaparecido. Y otra vez he vuelto a ser aquel que un día amó a una hermosa dama, hija mayor de un conde y afectada de vampirismo del cual me contagió. Y ahora, ya limpio de esa necrofilia y con una vida normal por delante, con unas expectativas humanas que se me esperan, siento la alegría de vivir y la ansiedad de hacer cosas buenas para que, lo malo que haya hecho durante esa metamorfosis en la que pernocté durante casi tres siglos, desaparezca y se olvide.
Y en prueba de agradecimiento nos hemos marchado, mi destructor y yo, a tomarnos dos jarras de cerveza bien fría y unos taquitos de jamón de Guijuelo acompañado de unas olivitas manzanilla, lo cual, como es de suponer, he pagado yo.
.
EL POSTIGUET- Mensajes : 3333
Fecha de inscripción : 24/06/2021
Edad : 85
A MagAnna y a Tomb les gusta esta publicaciòn

» ¿Se está creando un nuevo orden mundial...?
» La Gracia (la Misericordia) es guardar todos los mandamientos de Jesucristo...
» La Gracia (la Misericordia) es guardar todos los mandamientos de Jesucristo...
El foro nuevo :: GENERAL :: De todo
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.