El Mirador de Baraka

EL MIRADOR DE BARAKA

Ayer por la huelga de autobuses tuve que subir a la residencia caminando. Todo aquello antes  era montaña y hoy, por aquello del progreso del que se encargan de llevar a cabo las empresas constructores, es un barrio a los que no han podido quitarles las calles pendientes, las cuestas, y los grandes desniveles.

Y hace años que subía por este mismo lugar
sin parar, y llegaba a la cima tan fresco, hoy sin embargo, quien lo diría, me he tenido que sentar en un banco, y alli fente la mercado, en los escasos minutos de reposo, he recobrando el resuello, observando la vida que bulle siempre junto a estos enclaves comerciales, y en ello, veo y admiro a las mujeres que pasan vistosas con esa manía de las féminas de salir a la calle siempre aseadas, arregladas, bien vestidas, y maquilladas, aunque sea un día laborable, y solo tengan que ir a comprar, y eso me alegra la vista, y las sigo con la mirada.

Con esto de la igualdad de la mujer, con todos los derechos conseguidos se a olvidado que tanto hombre como mujer somos diferentes por naturaleza, y  que obedecemos a diferentes formas  de entender los sentimientos. Veo y oigo en estas generaciones fallos de comportamientos, por  ignorancia, en el trato y muchos errores a la hora de intimar con una mujer, y pienso que se tenia que dar en los institutos y colegios, asignaturas  de como tratar a una mujer en el caso de querer intimar sentimentalmente. Oigo asombrado como en la tele, en un programa de parejas  de aquello de las citas a ciegas, que un pretendiente durante la cena , le pregunta a su pareja si se masturba,  y en otra pareja el le dice sin reparos a la chica si se ira con el a la cama noche, barbaridades, y la falta de respeto que nos ha traído la libertad sexual, las web de sexo, y las peliculas porno, que arruinan en mujeres normales, cualquier futura relación, porque  la mujer no esta tan dispuesta a ir a la cama como el hombre, y necesita de otros estímulos, como el hablarle y se conquista mejor con palabras bonitas, con adularla, con piropearle, con detalles, y aunque ella no sea tonta piensa,  este esta loco por llevarme al cama, pero lo disimula, es correcto y educado, y se gana mas , porque como decimos, la mujer en estos casos es diferente, y las groseria de los machos la echan para atrás.

Mientras, veo a lo lejos a una vecina que por donde vivo pide por la calle, y por donde sea, hasta aquí llega pienso, y la veo pedir a los que pasan. La conozco desde hace años cuando en el bar del mercado si la invitaban a un café con leche, y esta mal dicho pero la invitaba a un bocadillo, pero tiempo después que la vi en la puerta del cajero manejando billetes de 20 y 50 e me dijo que ya le habían dado la paguilla, pero se ve que no le a servido de nada, porque sigue en las mismas. Esa paguilla mínima que da el gobierno, y aunque sea poca cosa, evita mucha delincuencia, y de gente pidiendo.

Y me levanto por fin del asiento improvisado, y prosigo mi marcha cuesta arriba hacia el templo de los olvidados, pero es temprano,  las visitas tienen un horario, y me meto en uno de los bares que salen a mi paso. Soy un forastero que entra al local, y como en el Oeste, los clientes habituales se miran entre entre ellos, y hay un pequeño revuelo, unos tiran apresuradamente la colilla, y otros se van al lavabo, mientras el camello distribuidor, que esta en la puerta me mira de reojo. Se fuma mucha Maria, Hachís o Marihuana en estos barrios, el olor del local lo traicionan, pido un cortado, espero, la hora, y al marcharme, me siguen con la mirada, luego leo en la entrada una nota que dice. “ se ruega los cliente que se abstengan de fumar sustancias estupefacientes en la terraza, pues de hacerlo se le expulsara”

Cuando llego arriba a la sala del silencio, el tiempo y la vida se paro desde la ultima vez que lo visite

"Cuando llego arriba a la sala del silencio, el tiempo y la vida se paro desde la ultima vez que lo visite"

AQUELLAS HOY, ANTIGUAS CABINAS TELEFONICAS.


Quedan muy pocas, de aquellas de las que Iosé Luis Lopez Vasquez
protagonizo una muy premiada pelicula, titulada "La cabina". Una de ellas,
quizas de las ultimas que aun se mantiene en servicio, la vi un atardecer que
volvia a la ciudad. Era por una carretera secundaria que viajaba, y a la lejos, en
la plaza desierta de un perdido pueblo, esta se mantenía con la vida encendida
de la luz cle su interior.

Aquella vision me trajo muchos recuerdos, como los de cuando empezaron a
instalarse en las calles y plazas de todas las ciudades y pueblos del país.
Aquello fue el progreso, el avance técnico de las comunicaciones. El embrión de
lo que años mas tarde seria el cordón umbilical de todos los cajeros
automaticos, de todos los bancos, de la unión de redes d
Internet, y del avance
de los ingenios informáticos, y todo lo que venia con ello.

Con aquellas cabinas se unía un país, y la sola visión de aquella encendida allá
en la esquina, daba seguridad y satisfacción de que por unas monedas podías
llamar en caso de urgencia médica a cualquiera, y no salir pitando para buscarte
un taxi, porque desde allí podías llamar al médico, a una ambulancia, a
cualquiera pidiendo ayuda. Porque ya no había que depender del vecino,
afortunado, único quizás en el barrio que disponía de teléfono particular, o de
la central telefónica de Correos para poner conferencia, porque por entonces no
se tenia teléfono en la casa, ya que ni su coste estaba al alcance de cualquiera, ni
telefónica podía dar abastos, entonces, a una demanda masiva de tantos
aparatos.

Y aquello ya no se detuvo, y proliferaron otras cabinas, mas pequeñas, mas
indiscretas, pero ahora dentro de los comercios y servicios, y se tenia el teléfono
cerca, porque parecía que el ser humano necesita comunicarse siempre, y esta
demanda dio paso a una potente industria que los hizo cada vez mas pequeño y
con mas prestaciones, y ya no solo valían para simplemente hablar y escuchar
por ellos, si no que como pequeños robots te daban opciones para casi todo, y
eso fue lo que acabo con aquellas discretas y cómodas cabinas en donde tu
conversación no la escuchaba nadie, aunque gritaras, incluso te podías refugiar
dentro en ellas en los días de lluvia.

Solo tenian un defecto, que nunca dieron cambio porque si echabas una
moneda de cien pesetas, esta alli se quedaba, hablaras el tiempo que hablaras.
Hoy el teléfono es un objeto mas que se une a nuestra indumentaria, como un
utensilio corriente, pero sin embargo con el estamos mas desnudo de nuestra
intimidad.

Derechos reservados

Ayer tarde sentado bajo la montercina tarde en  el banco de listones de madera de la vez anterior, atalaya de mi descanso, vuelvo a observar la vida, que se repite diariamente como en todos los barrios.

A lo lejos, alguien leyendo las noticias de papel, algo que con la competencia de internet y las noticias on lline, nadie hace,  y un niño que se acerca para venderme números de una panera (cesta de Navidad) que sortea el colegio, tendrá unos ocho años es muy tímido, y me da lastima  porque me recuerda los solo y abandonado que estuve con esa edad, le compro todo el talonario y la criatura se va muy feliz.

No tengo prisa por llegar a la residencia, y viendo a los niños pasar me pregunto que donde jugaran porque por aquí no se ve una zona verde, ni un parque infantil, solo pensaron en edificar, tampoco veo sillas de ruedas para minusválidos, y es que estas no podrían ni bajar ni subir por esta pendientes, porque de no haber,  no hay como en otros barrios, escaleras mecánicas.

Hoy me cuesta mucho entrar a visitar a mis invisibles amigos, porque una de las ancianas entro en coma, y agoniza en la ultima habitación de los pasillos. Mientras, las cuidadoras, montaron el árbol de Navidad las luces y el Belén, gastándose bromas y riéndose, ¡Como le sentara esto a los familiares que esperan el final de su madre y esposa en la habitación,'? Incongruencias de esta vida  que no se detiene, y hay quien se acostumbra a convivir con la muerte, que al fin y al cabo forma parte de la vida.

Ambiente navideño en la entrada y en las salas, adornadas para estas fiestas. La señora aun no ha fallecido, pero la vida sigue en este ambiente silencioso, quizás no sepan lo de su compañera y en su marasmo mental  y acunando a sus muñecos y collereando ni siquiera sabrán que una de sus compañeras  esta acabando sus últimos suspiros en una habitación cercana. no lo saben y ni siquiera se adelanta nada con decírselo, así que hoy no me quedo mucho tiempo recojo y ordeno los dibujos, y me bajo a la recepción en donde después de decirle adiós al conserje, me bajo por donde subí

por Rocinante Vie Nov 19, 2021 11:04 am

Hoy que he visitado el ambulatorio del barrio, en donde están los especialistas médicos, me he acordado de mi amigo Ramón, y de la muerte tan estúpida que tuvo.

Mi amigo padecía de las cervicales, tanto que se mareaba, cuando giraba o meneaba la cabeza, por lo que su doctora de cabecera o familia, lo derivó al  traumatólogo. y una vez allí, y con estos nuevos métodos que se han inventado para ahorrarse personal, y para llegar a la consulta, tuvo que pasar su tarjeta sanitaria por un lector y este le dio una papeleta con la información de la visita, planta, puerta, nombre del doctor, etc. y un código de letras y números para que cuando este código apareciera, en la pantalla, entrar a la consulta. Claro, pero este código solo aparece unos segundos en la pantalla, y tienes que estar atento a ella, de forma que si se te pasa, y no entras a la puerta que te indican, ya no te visitan
.
Así que el pobre Ramón con el cuello todo rígido, agarrotado y la vista fija, y mientras aparecía dicho código, se mareaba, y cuando por fin al despacho, después de media hora esperando, entro a la consulta, andaba como un beodo, dando traspiés y casi sin equilibrio. El traumatólogo al verle, interrogarle y palpándole las vértebras cervicales, y vista su gravedad,  lo envió urgentemente a que le hicieran unas placas de rayos x en el mismo edificio, y hacia allí se dirigió Ramón, después  de mucho preguntar, y ya algo repuesto de su obligada posición mirando la pantalla.

Vuelta a esperar en otra fría sala, y cuando entró tuvo la fatalidad de que la máquina de rayos cx era de las antiguas, no como las modernas que son como pequeños robots y que se te adaptan a la posición del cuerpo que pongas, y no como las antiguas que hay que estar en incómodas posiciones y a las órdenes del sanitario. Así que entro se tumbó en la camilla, y cuando el operador del chisme aquel, todo grande y oscuro, le dijo ""no se mueva"" ""No respire"  Él obedeció a rajatabla, no en vano había sido legionario y las órdenes que le daban las obedecía hasta la muerte. Y pasaron los minutos, y el sanitario aquel distraído por el comentario de una compañera que entro a saludarlo, se olvidó de decirle a mi amigo que respirará de nuevo, asi que este se fue poniendo primero amarillo, después rojo, y al mucho rato después, cuando el camillero que se acordó de que tenía a un apaciente en la camilla, fue a verlo, se lo encontró todo fiambre y con la lengua fuera.

Y ese fue el fin de mi querido amigo valiente legionario que murió víctima de nuestra  inseguridad social. No somos na.

Saludos