La Purísima Constitución

LA PURÍSIMA CONSTITUCIÓN

Un año más, desde hace algunos, la celebración de la Constitución Española, ha servido para demostrar a los españoles que los políticos la denigran, ya que en vez de ser un día de confraternidad, entre ellos, que son los más beneficiados de la misma, aprovechan la efeméride para lanzarse, cuantos más improperios, falsedades y bulos los unos contra los otros pueden, mejor; y aquí el PP es el líder de la desfachatez.

Y es que la derecha en España, al menos la centralista y españolista, todavía no ha sabido, o podido, quitarse de encima la mugre o el sarro de la idea franquista de que España es solamente de ellos y ellos la han de gobernar. No conciben que la sociedad ha decidido que hayan otras opciones de gobierno desde la izquierda y que no haya nunca más mayorías absolutas de un mismo tinte para que en ellas fluctúe los pactos, conversaciones, entendimientos, etc. La derecha de España, aún necesita un gran lavado y centrifugado de sus ideas, para llegar a entender que España no es de ellos, ni tan siquiera la calle como pregonaba el líder de Alianza Popular padre y madre del actual PP, su hijo predilecto.

Y sin embargo se hace necesaria en España una derecha democrática para, cuando la izquierda del PSOE se debilite, haya una posibilidad de gobierno también democrático. Esto es lo que el PP no entiende, de que ha de democratizarse, pero bajo el amparo de Vox, poca democracia puede florecer en el PP nacido directamente de Alianza Popular e indirectamente del franquismo. ¿El PP lo entenderá? No lo creo. Ha de eliminar de su idea toda la roña franquista que aún le queda, ha de modernizarse, y ver a España como lo que es en realidad, una nación que la componen diversas naciones con sus peculiaridades, y que no hace falta destruirlas para hacer de todas ellas un conjunto variopinto y que democráticamente, y sin nadie sobre nadie, se alcancen ideas y caminos para el fortalecimiento, seguridad y progreso individual y colectivo.

Pero para ese camino, sin duda algo arduo y en ocasiones sinuoso o tortuoso, el PP no sirve. Su soberbia, su mirada hacia atrás cuando de la mano del sanguinario tirano tenían el gobierno de la nación, algo que hoy estando en Europa no lo renacerán, les impide ver la realidad de España, y no hay otra que actualizarse. Abandonen pues de su mente los residuos franquistas y aléjense de Abascal: no han sabido elegir el mejor compañero para gobernar el Estado.

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