La debilidad De Dios

Porsituquieressaber escribió:Pero no habrá sido el dios padre, habrá sido el dios hijo, que como rodo hombre, ha tenido un mal día.

El espíritu santo, tendrá que buscarse otro campanario donde poner los huevos.

Tomb escribió:Doonga, Porsi, os noto obsesionados por los huevos ¿algún trauma?

EL POSTIGUET escribió:


LA DEBILIDAD DE DIOS

Años, siglos, anunciando a bombo y platillo el poder de ese dios, omnipotente, omnipresente, todopoderoso..., y la Naturaleza, escupiendo lava es la que ha podido con su propia casa y lo ha dejado en la calle como a tantos otros vecinos de la isla de La Palma. La iglesia con su torre, su campana, sus iconos de mil colores, se ha venido a tierra engullida por el volcán. ¿Cómo justificamos esto?

¡Ah, ya! Que el párroco no le hizo caso y la mandó levantar en tierra prohibida. Que mira que te lo dije, don Aurelio, no construyas ahí mi iglesia, que un día enviaré lava para arruinar la vida a unos cuantos hombres y si la construyes ahí, también caerá. Pero don Aurelio, hombre bueno y de sentimientos nobles, no creyó en las amenazas de ese dios al creerle bueno y compasivo. ¿Cómo —se preguntaba— dios
padre puede ser tan cruel y dejar en la calle a ancianos, niños, padres de familia a los que arrasa sus pobres medios de vida? No, dijo don Aurelio, esta voz que he oído no es de dios, es del mismísimo diablo, satánico, cruel, vengativo… y dios podrá mucho más, y cuando Satanás destape la olla del fuego y los gases y la lava de la maldad y la ruina intentan salir, mi dios la detendrá, y el pueblo se maravillará, y diré a mi sacristán que repique las campanas a alegría, y el pueblo se congregará en el templo y cantará aleluyas y hosannas.

Hoy, la iglesia engullida por la lava, la torre caída como las más altas torres, y el bronce de su alegre campana fundido por el calor del fuego interno de la tierra, ha dejado al pobre don Aurelio sin argumentos. ¿Acaso no te presentaba yo ante el pueblo como su dios, como su protector, como su benefactor, su guardián? ¿Qué les digo hoy si no has sido capaz de usar tu mano poderoso y tapar esa boca horrible de desgracias y miserias? ¿les explico que no eres omnipotente, ni omnipresente, ni todopoderoso y que igual eres un cuento, una invención humana, una idea de negocio que solo sirve para engatusar?

Y el buenazo de don Aurelio, dicen, despojose de su sotana, la echó sobre la criminal lava, y lloró.

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Parzival escribió:La verdadera debilidad de Dios es ese sentimiento de inmensa soledad que lo obligó a crear seres vivientes que pudieran acompañarlo en su infinita soledad y en su eterna existencia sin sentido alguno. ¿Para qué existir si nadie puede darse cuenta de su existencia? De allí... la creación.

Porsituquieressaber escribió:

Pues en lugar de haber creado seres vivientes, tendría que haber creado una diosa y dejarse de tonterias. Los experimentos con gaseosa; mira que chapuza le salió.

La hubiese creado a su imagen y semejanza, o sea, perfecta, y se hubiese ahorrado el tener que crear a otro dios para que les divorciara en caso de mala aveniencia.

No se cuando coño va a aprender este aficionadillo.

Supongo que no será también el responsable del universo ¿pá que coño queremos una cosa tan enorme?

EL POSTIGUET escribió:


LA DEBILIDAD DE DIOS

Años, siglos, anunciando a bombo y platillo el poder de ese dios, omnipotente, omnipresente, todopoderoso..., y la Naturaleza, escupiendo lava es la que ha podido con su propia casa y lo ha dejado en la calle como a tantos otros vecinos de la isla de La Palma. La iglesia con su torre, su campana, sus iconos de mil colores, se ha venido a tierra engullida por el volcán. ¿Cómo justificamos esto?

¡Ah, ya! Que el párroco no le hizo caso y la mandó levantar en tierra prohibida. Que mira que te lo dije, don Aurelio, no construyas ahí mi iglesia, que un día enviaré lava para arruinar la vida a unos cuantos hombres y si la construyes ahí, también caerá. Pero don Aurelio, hombre bueno y de sentimientos nobles, no creyó en las amenazas de ese dios al creerle bueno y compasivo. ¿Cómo —se preguntaba— dios padre puede ser tan cruel y dejar en la calle a ancianos, niños, padres de familia a los que arrasa sus pobres medios de vida? No, dijo don Aurelio, esta voz que he oído no es de dios, es del mismísimo diablo, satánico, cruel, vengativo… y dios podrá mucho más, y cuando Satanás destape la olla del fuego y los gases y la lava de la maldad y la ruina intentan salir, mi dios la detendrá, y el pueblo se maravillará, y diré a mi sacristán que repique las campanas a alegría, y el pueblo se congregará en el templo y cantará aleluyas y hosannas.

Hoy, la iglesia engullida por la lava, la torre caída como las más altas torres, y el bronce de su alegre campana fundido por el calor del fuego interno de la tierra, ha dejado al pobre don Aurelio sin argumentos. ¿Acaso no te presentaba yo ante el pueblo como su dios, como su protector, como su benefactor, su guardián? ¿Qué les digo hoy si no has sido capaz de usar tu mano poderoso y tapar esa boca horrible de desgracias y miserias? ¿les explico que no eres omnipotente, ni omnipresente, ni todopoderoso y que igual eres un cuento, una invención humana, una idea de negocio que solo sirve para engatusar?

Y el buenazo de don Aurelio, dicen, despojose de su sotana, la echó sobre la criminal lava, y lloró.

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Eraizzer escribió:

EL POSTIGUET escribió:


LA DEBILIDAD DE DIOS

Años, siglos, anunciando a bombo y platillo el poder de ese dios, omnipotente, omnipresente, todopoderoso..., y la Naturaleza, escupiendo lava es la que ha podido con su propia casa y lo ha dejado en la calle como a tantos otros vecinos de la isla de La Palma. La iglesia con su torre, su campana, sus iconos de mil colores, se ha venido a tierra engullida por el volcán. ¿Cómo justificamos esto?

¡Ah, ya! Que el párroco no le hizo caso y la mandó levantar en tierra prohibida. Que mira que te lo dije, don Aurelio, no construyas ahí mi iglesia, que un día enviaré lava para arruinar la vida a unos cuantos hombres y si la construyes ahí, también caerá. Pero don Aurelio, hombre bueno y de sentimientos nobles, no creyó en las amenazas de ese dios al creerle bueno y compasivo. ¿Cómo —se preguntaba— dios padre puede ser tan cruel y dejar en la calle a ancianos, niños, padres de familia a los que arrasa sus pobres medios de vida? No, dijo don Aurelio, esta voz que he oído no es de dios, es del mismísimo diablo, satánico, cruel, vengativo… y dios podrá mucho más, y cuando Satanás destape la olla del fuego y los gases y la lava de la maldad y la ruina intentan salir, mi dios la detendrá, y el pueblo se maravillará, y diré a mi sacristán que repique las campanas a alegría, y el pueblo se congregará en el templo y cantará aleluyas y hosannas.

Hoy, la iglesia engullida por la lava, la torre caída como las más altas torres, y el bronce de su alegre campana fundido por el calor del fuego interno de la tierra, ha dejado al pobre don Aurelio sin argumentos. ¿Acaso no te presentaba yo ante el pueblo como su dios, como su protector, como su benefactor, su guardián? ¿Qué les digo hoy si no has sido capaz de usar tu mano poderoso y tapar esa boca horrible de desgracias y miserias? ¿les explico que no eres omnipotente, ni omnipresente, ni todopoderoso y que igual eres un cuento, una invención humana, una idea de negocio que solo sirve para engatusar?

Y el buenazo de don Aurelio, dicen, despojose de su sotana, la echó sobre la criminal lava, y lloró.

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El Creador no tiene debilidades.
Los hombres no le han conocido jamás.

Arizzis Prett.