Qué cosas…

Esta mañana he ido con mi esposa al ambulatorio, tenía que hacerse análisis de sangre, aún no eran las 8 de la mañana pero ya había un grupito de pacientes esperando para lo mismo, aquí es necesario coger número para que te atiendan, es lo bueno de los pueblos pequeños.
El caso es que una de las chicas que iba por delante nuestro se ha vuelto a casa porque se había olvidado la tarjeta sanitaria, y otra, al percatarse que no la tenía ha llamado a alguien para que se la llevase. Al rato, justo cuando le tocaba, ha llegado su marido y de muy malas formas le ha tirado la tarjeta a la cara y se ha dado el piro, el caso es que a la pobre se le ha pasado el turno y ha tenido que esperar un momento y su teléfono ha sonado, al otro lado una mujer de muy malas maneras con gritos e insultos le ha reprochado su olvido. Con el tema este de la obligación de llevar mascarilla en los centros sanitarios, no hemos percibido como le ha afectado, habida cuenta de que la desagradable mujer que le había llamado ha vuelto a hacerlo para seguir con la retaila anterior. En fin, mi esposa y yo nos hemos quedado estupefactos, supongo que al igual que el resto.

Esta mañana he ido al ambulatorio para hacerme un análisis de sangre, he llegado de las primeras, antes de las ocho ya estaba allí. Después han ido llegando más personas. Ha llegado un matrimonio muy majo, ella vestía un vestido amplio de verano y él llevaba unos piratas tipo vaquero.

Me he puesto a hablar con la chica que estaba detrás mío cuando me he dado cuenta que me había dejado en casa la tarjeta sanitaria -Voy un momento a casa, guárdame el turno, porfa, le he dicho. Pero resulta que ella también se la había dejado -Yo voy a llamar a mi marido para que me la traiga, me ha dicho ella.

El caso es que cuando he vuelto ya se me había pasado el turno y la chica estaba allí llorando mientras el matrimonio majo intentaba consolarla. No sé qué habrá pasado, a ver si me entero.