Sobre "Tito Berni":

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Allá donde hay una puta, hay un socialista del Tito Berni ramoneando sus bragas como las cabras. Allá donde hay una raya de farlopa, hay un socialista de la Brigada del Tito Berni esnifando perico antes, durante y después del polvo para mantener alejada la flacidez de su priapismo voraz conseguido, gratis total, con una sobredosis de Viagra. Allá donde hay pasta que malversar, empresario que extorsionar, ayuntamiento que saquear, institución que expoliar, botin que asaltar, mercadería que robar o quincalla que rapiñar, hay un socialista de los cenáculos del Tito Berni con los bolsillos sin fondo, la cartera con colmillos, la codicia con hambre, las manos colmadas de mierda y la boca llena de basura democrática y progresista.

El griego Asclepios le salvó la vida a una serpiente. El ofidio, agradecido, le lamió las orejas a Asclepios para transmitirle los secretos curativos de las hierbas y las plantas. Así nació la farmacopea. A Luis Roldán, al Tito Berni, a Indalecio Prieto, a Largo Caballero, a Juan Negrín y demás socialistas mitológicos del Patio de Monipodio les lamieron las orejas las putas de Babilonia y los Cuarenta Ladrones de Alí Babá, pues en su célebre Cueva es donde nació el socialismo financiero que, previamente, ya había visto la luz en los burdeles de Babilonia, en los que los paleosocialistas follaban sin pagar a cambio de darles un mitin feminista a las compañeras putitas. No es broma: he ahí al famoso miliciano socialista, hecho prisionero por los Nacionales, que llevaba en los bolsillos del mono un bono, con el sello del PSOE y de la UGT, en el que ponía “Vale por dos polvos con la Lola”. No era el Tito Berni, claro. Quizás su abuelito. En cualquier caso, su maestro y su paradigma.

Insisto, no es una broma, aunque sí un esperpento sucio, sangriento e infestado de ladillas, avalado por la Memoria Histórica del PSOE: poco después de iniciarse el Alzamiento Nacional, el 18 de julio de 1936, los socialistas de El Ferrol acuden en masa a quemar la iglesia en la que fue bautizado su paisano Francisco Franco. Entre la horda del PSOE y el pórtico del templo sólo se interpone la madame de los dos burdeles más prósperos del Ferrol quien, dirigiéndose a los orcos socialistas, les lanza una advertencia que era la peor de las amenazas: “O arrojáis las antorchas y las mazas, o esta noche todas vuestras mujeres sabrán dónde vais y qué hacéis cuando salís del trabajo”. ¡Mano de santo, oye! El abuelito del Tito Berni ordenó “media vuelta, ar” y todos a la Casa del Pueblo a pillar los bonos del “Vale por dos polvos con la Lola” y a ponerse hasta las trancas de tintorro, que era la farlopa de entonces, a cuenta de los señoritos a los que les incautamos los bienes ayer antes de pasearlos esta mañana.

Socialismo eterno, desde los burdeles de Babilonia a la Cueva de Alí Babá, y desde el Patio de Monipodio a la calle Ferraz y al Congreso de los Diputados. Tito Berni, coño, preséntate a las primarias del PSOE, que eres la encarnación de la Memoria Histórica del Socialismo.

(Por lo visto, el "Tito Berni" de socialista tiene muy poco)