La letra pequeña y las palabras sentidas

-
           LA LETRA PEQUEÑA Y LAS PALABRAS SENTIDAS


Acostumbramos a no hacerle caso, a veces porque pasan desapercibidas, y casi siempre porque su tamaño de letra es tan pequeño, que la vista no alcanza a leerla con suficiente comodidad.

Está en todos los documentos, ya sean mercantiles, oficiales, laborales, judiciales, inmobiliarios, y hasta en las denuncias policiales.
La letra pequeña a veces es la cara oculta del motivo, letra que casi siempre, no queremos o no tenemos interés por leerla. Unas son puntualizaciones al texto general, y la mayoría de las veces indicaciones y normas suplementarias al texto principal del documento.

Pero de lo que no hay duda, es que si la leemos, nos da otra versión desconocida del asunto principal, y de la que echamos mano cuando falla la letra grande. Entonces nos fijamos en ella, la leemos con interés, y la utilizamos como argumento de defensa o de aclaración.

Nuestras actitudes en la vida también tienen y lleva consigo su letra pequeña, que nunca, o rara veces mostramos, La guardamos dentro de nosotros, Nos la reservamos como alternativa o recurso a situaciones en donde no hay más remedio que echar mano de ella para demostrar nuestra verdadera identidad espiritual y de sentimientos.

El papel que representamos en este teatro llamado sociedad, es casi de obligado cumplimiento, e impuesto por estas mismas normas sociales. Nos comportamos, hablamos, nos relacionamos, vivimos siguiendo un texto aprendido en la escuela de este tiempo que nos ha tocado vivir, y nos dejamos llevar por las modas y las costumbres en el hablar, en el vestir y en la manera de comportarnos, Pero a pesar de todo eso, siempre tenemos en la reserva de nuestra manera de ser, una particular y personal letra pequeña, que es innata y que sale y sé muestra, saliendo afuera, en las situaciones extremas en donde nos quedamos sin el guión establecido de las letras grandes del texto aprendido.

Como cuando tenemos que expresarnos con auténtica sinceridad, como verdaderamente somos.

Las clásicas palabras de "perdón" y "te quiero" se dicen hoy tan a la ligera, que han perdido su verdadero significado.

"
-“Oye perdona pero……..” _
-“Es que perdona, pero yo………..”-

Sin embargo, estas líneas de palabras son expresiones  aprendidas y recitadas a la ligera, sin sentir el verdadero significado para las que fueron creadas, pero que su letra pequeña a estas expresiones tan grandes serían.

-“Oye disculpa, pero…..”-
-“Es que,…..discúlpame, no quería….”-

El perdón es otra cosa. El perdón que se pide con sentimiento. El te quiero que
se pide con el  alma en la boca, pertenecen a ese diccionario oculto. Son estas expresiones las que llevan oculta toda una carga emotiva de sentimientos. La letra pequeña de nuestra intimidad. Un interior espiritual que en ciertas ocasiones se transforman en grandes paneles brillantes, en luminosos letreros, que hablan de nuestra verdadera personalidad que solo usamos y mostramos en las grandes y especiales situaciones.

Mientras vivimos recitando y llevando a la práctica un texto vació de contenido, como normas oficiales que cumplimos fielmente.


Rocinante  15/05/2003

Me ha encantado, Baraka.
Al igual que siempre, tus textos reflejan grandes verdades que nos acompañan en nuestro cotidianidad y que ciertamente, casi nunca nos paramos un ratito para pensar en ellas.

Gracias por compartirnos tus bellas letras y hacernos ver que 'no todo lo que es oro, brilla'...

MagAnna escribió:Me ha encantado, Baraka.  
Al igual que siempre, tus textos reflejan grandes verdades que nos acompañan en nuestro cotidianidad y que ciertamente, casi nunca nos paramos un ratito para pensar en ellas.

Gracias por compartirnos tus bellas letras y hacernos ver que 'no todo lo que es oro, brilla'...  

Gracias, magnánima, a veces me preguntó de como tengo ese pico de inspiración, porque no he tenido formación intelectual para entender las cosas íntimas de la vida. Hay sin dudar otro ser en mí que a veces se asoma al exterior sorprendiéndome.

Santa Teresa de Jesús decía algo aparecido que cuando escribía, "vivo sin vivir en mí" no era ella, sino dirigida por la fe que tenía en Jesucristo. Por eso, y volviendo a la fe o creencia de cada uno, es posible que llevemos un alma que nos dirija nuestros actos.

Saludos