Nacionalismos

Señor Giordano, existe un problema, y es que desde la II Guerra Mundial las palabras nacionalista y nacionalismo no están muy bien vistas, ya que se las interpreta acorde con la actitud belicista de dominio del sistema hitleriano alemán y la implantación de la supremacía de la raza aria.

El nacionalista español no quiere reconocer su nacionalismo, existente sin duda, pues nacionalista españolista lo es desde Vox hasta el PSOE, incluso la izquierda de Podemos también conlleva gran parte del mismo, y, por mi parte, al entender como nacionalismo —y así lo define la RAE— como un sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación e identificación con su historia y realidad, no le veo mayor problema. Es más, es sentimiento noble si no hay connotaciones de supremacía y dominio; si lo que hay es defensa de su modo ser, nada que oponer

Bueno sería que en el mundo no existieran nacionalismos, ni razas, ni fronteras, ni división alguna por sexo, religión o creencia, pero existen, y así hemos de asumirlo aunque no nos guste; pero bueno sería también la proliferación de movimientos sociales en pro de hacerlos desaparecer un día.

Los nacionalistas catalanes, quizás contagiados de los españolistas, prefieren mejor llamarse separatistas para huir del significado erróneo que se le da, últimamente, al nacionalismo. Quizá sea el PNB quien mejor asume orgulloso la palabra nacionalismo, pero pudiera ser porque desde el nacionalismo español no se le ataca como al catalán; dijéramos que se le tolera.

Para el nacionalismo español, el nacionalismo vasco no le es tan preocupante, y hoy menos al no existir ETA, ya que con los convenios que tiene el País Vasco con España en el plan económico y otras particularidades, el separatismo no le es tan necesario como para el catalán; y hay que entender que una separación de Catalunya de España, para ésta sería un problema económico muy grande, y de orgullo y vanidad no digamos, pues sería un varapalo muy difícil de asumir.

Por lo tanto, de aquel español que diga que no es nacionalista, y vea en él una actitud contraria al nacionalismo catalán, dude usted no un poco, sino mucho, de su palabra, y considere que le está mintiendo; es una hipocresía.


.