La mujer en tiempos de Jesús

La situación de la mujer en Israel del siglo I de nuestra era se sitúa en el mismo marco que regía las relaciones sociales en el mundo antiguo en general y en el Mediterráneo oriental en particular.

La norma era que cada uno debe comportarse según su estatus o clase como algo 'natural', generado por la naturaleza misma e inmutable: el varón como varón y la mujer como tal, y en principio se rige por la idea de que " la mujer es inferior -peor- al varón en todo" (Flavio Josefo, Contra Apión II, 201).

El ámbito natural de la mujer en el siglo I era el de la familia y no el de la vida pública reservada a los varones.

La mujer pasaba normalmente de ser soltera y casi cosiderada como una propiedad del padre, a casada y casi propiedad del marido.

El matrimonio era concertado por las familias de los contrayentes, normalmente cuando la joven no había cumplido los doce años y medio. A la hora de la boda el padre proveía a su hija con una dote que pasaba a ser usufructuada por el marido. Solo en caso de repudio, este debía devolverselo a su ex mujer.

El repudio de la mujer, o el divorcio, era legal en Israel, pues se seguían las normas atribuidas a Moisés en Dt, 24, 1-4.

Solo el marido -salvo casos excepcionales- podía tomar la iniciativa del repudio/divorcio. La mujer debía aguantarse si las cosas iban mal  y su marido no deseaba divorciarse.

Algunos rabinos posteriores al siglo I no veían con buenos ojos el divorcio.

La poligamia estaba permitida en Israel en el siglo I. Era natural, la Biblia muestra a patriarcas y héroes bíblicos, como Jacob y Gedeón con harenes más bien numerosos.... de Gedeón se cuenta que tuvo sesenta hijos, pues tenía muchas mujeres.

La poligamia se practicaba de hecho entre gente rica. Hablando de Herodes el Grande dice Flavio Josefo que " es costumbre nacional de los judíos tener varias mujeres al mismo tiempo".

El sacerdote y rabino Tarfón casó, según la 'Tosefta' (Ketubbot 5,1) con trecientas mujeres y las alimentaba con el producto de los sacrificios. Sin embargo, la monogamía era lo usual.
(De 'Jesús y las mujeres')

Nada de casi… la mujer pertenecía al padre y una vez se casaba a su esposo. No obstante la mujer judía estaba mucho mejor considerada que la de otras naciones circundantes, se la valoraba noblemente y se la tenía en gran estima.