Sainetes Nacionales de España

Hay una España, la de verdad, la que almacena en su tuétano sus auténticas esencias, la del españolito al que a veces le hiela el corazón, la del que inventen ellos, la de viva la muerte, la fetén en definitiva… que, en su poso de nostalgias imperiales, cree, sin mala fe por supuesto, que es el ombligo del mundo, la envidia universal, y que ser español no es haber nacido en este lugar determinado del planeta, sino un don de los dioses, los olímpicos y los otros, aunque también esa otra periférica, perversa y malintencionada que quiere romperla y hacerla añicos.  

Y esa España, la fetén, que aún se cree poniendo plicas en Flandes, o esquilmando culturas de indios allende los mares porque soy más guapo y mejor, no se da cuenta de la realidad, de su pequeñez, de su insignificancia actual, de su obligado vasallaje a otras voces de mando que han sustituido a la suya, pero, en la sesera torpe de algunos dirigentes, y de algunos españolitos de sesos embebidos por ideas introducidas en él modificando la realidad y actualidad, piensan que el error, o los mil y cien errores que cometen a diario, no les serán tenidos en cuenta porque al poderoso no se le piden explicaciones, si eres comisionista pues bien, y creen, como simplones, que gritando “por qué no te callas”, la gente se le va a callar. Esperpéntico, pero real.

En su constante creación de sainetes humorísticos, hoy tenemos los aeropuertos llenos de gentes llegados de otros lugares que contemplan, otra vez más, la desidia española, la chapuza hispana, el no saber hacer las cosas correctas, la inutilidad de sus gobernantes, también de ciertos funcionarios, o tenemos un país vecino que nos hace saber que rompe sus relaciones comerciales por la falta de seriedad, de no cumplir compromisos, de la poca validez de la palabra dada, y que su vasallaje y sumisión ante el tío Sam, o el rey alahuita, España lo pagará, y puede que muy caro. Es Argelia, la que tantas veces en la historia ha servido a España para que españolitos huyeran allí a paliar sus hambrunas, la que por la misma regla de tres de que España no cumple, ellos pueden negarse a cumplir con el necesario gas, y era lo que nos faltaba, que la abuela pariera.

Seguramente Europa vendrá al rescate. Cuando uno es débil ha de buscarse un primo, llámese Zumosol o como quiera para su defensa, y así va España, entre unos y entre otros deambulando sin rumbo, eso sí, entera, no rota como pretenden algunos pérfidos catalanufos que lo único que buscan es huir de este esperpéntico país.

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