Tela, telita...

Va de telas, así que...


Museo de Sissi, Hofburg, Austria.

Con lo cómoda que es hoy en día la tendencia "no pants"

Sissi nunca descubrió lo cómodo que es andar en bragas y top.

Éste me encanta por su sencillez:

También me llaman mucho la atención, los vestidos tradicionales antiguos chinos Hanfu:





Y el estilo Wuxia:



Y el qipao:


Me encantan!
Para ir a comprar el pan, o montar en moto... ideales!!

Me gusta la moda gótica.

Hay vestidos góticos preciosos!!

Una cliente acude a la modista a probarse un traje chaqueta hecho a medida, que ya está listo, dicen, para que se lo lleve. Situada frente al espejo de cuerpo entero, mientras la cliente se estudia detenidamente, la modista le dice:
– La verdad es que le queda a usted de puta madre.
Poco convencida, la clienta comenta que ve el cuello de la chaqueta ligeramente holgado hacia la derecha.
– Eso se le adaptará por sí solo en cuanto lo use un poco. Responde la modista.
– Podría retocárselo –añade–, pero sería una pena porque, como le digo, el traje le queda de puta madre. Le recomiendo que durante un par de días tuerza usted un poco el cuello y lo incline hacia ese lado, ¿ve? Hasta que se asiente la hechura. ¿A que tengo razón? ¿Ve cómo ahora le queda de puta madre?.


Obedece la clienta, comprobando que la modista tiene razón y que, con el cuello torcido a la derecha, la chaqueta le cae ahora impecable. Pero de pronto observa que, en esa postura, una manga queda más corta que la otra. Y se lo hace notar a la modista.
– Eso también se asentará en cuanto lo use usted un par de días. Bastará, de momento, con que encoja usted un poquito ese brazo, así, mire, y la manga tendrá la longitud perfecta. Y no es por no retocárselo, se lo aseguro; pero sería una lástima tocar los hilvanes porque, desde luego, el traje le queda a usted de puta madre.

Convencida por el argumento técnico, la clienta –que es una bendita de Dios– encoge el brazo y comprueba que, en efecto, si tuerce el cuello hacia la derecha encogiendo al mismo tiempo el brazo izquierdo, esa manga muestra exactamente un centímetro de puño de camisa, como debe ser. Pero también repara en que el pantalón hace una bolsa bajo la cintura, sobre la pinza de la izquierda, y se lo indica a la modista.
– Es que estamos hablando todo el tiempo de lo mismo –responde sin inmutarse la poffesioná-. El traje le sienta de puta madre, pero la lana fría de oveja virgen de Cornualles, como producto que es de altísima calidad, siempre necesita unos días para adaptarse de forma natural al cuerpo que la lleva. Esto no es tergal, señora.

Entonces la cliente, avergonzada por preguntar, reclama una solución para el asunto. Y la modista, magnánima, responde:
-Muy fácil, fíjese. Durante ese par de días que le aconsejo, procure usted caminar con la cadera así, un poco echada para el lado izquierdo. ¿Ve lo que le digo? De ese modo no se nota bolsa ni nada. Y así, también el pantalón le queda de puta madre.

Levanta un dedo la cliente, tímida pero inquieta. Permítame una observación, dice. Observo que si echo a un lado la cadera, la bolsa del pantalón desaparece; pero entonces queda una pernera más corta que la otra. Fruncido el ceño, cinta métrica en mano, la artista se agacha, toma la medida y se incorpora, displicente.
– Sólo dos centímetros –sentencia–. No merece la pena retocarlo porque, como digo, la lana inglesa Chaste Sheep de cuatro hilos tejida en crudo se adapta muy bien con el uso. Bastará con que flexione usted esa rodilla y tuerza la pierna al andar. Sería una pena descoser y coser de nuevo, el tejido perdería su apresto. Y como le repito, y usted misma puede comprobar, mírese bien ahora, el traje le queda de puta madre.

Convencida, adoptando simultáneamente todas las posturas sugeridas por la modista, la clienta sale a la calle a lucir el traje nuevo. Atenta a recordar cada uno de los consejos de la modista, camina con el cuello inclinado a la derecha, el brazo izquierdo encogido, la cadera a un lado y una pierna torcida. Pasa así, orgullosa de su indumento, por delante de un bar en cuya puerta hay dos parroquianos que se la quedan mirando.
– Oye, compadre –comenta uno–. Ese tía tan rara que pasa, fíjate en lo mal hecha que está. A lo que responde el otro:
– Rara es, desde luego. Pero debe de tener una modista estupenda, porque el traje chaqueta le sienta de puta madre.

Porsituquieressaber escribió:Con lo cómoda que es hoy en día la tendencia "no pants"

Sissi nunca descubrió lo cómodo que es andar en bragas y top.

No solo no lo descubrio, muchas de esas mujeres sufrian horrores cuando las encorcetaban, apretandoles hasta la crueldad para que el vestido les quedara mejor!

MagAnna escribió:Va de telas, así que...


Museo de Sissi, Hofburg, Austria.

Es un vestido precioso Maga, me encantan las peliculas de época y los vestidos que usan las protagonistas pero...agradezco al Universo no haber nacido en esa época.

Me hubiera ido al piso cada tres pasos.