El árbol de Violetta.

Violetta escribió:[size=50]Cuenta una leyenda guaraní, que la muerte no es el final de la vida, pues el humano, al morir, abandona el cuerpo en la tierra pero el alma continúa su existencia.[/size]
[size=50]La leyenda dice: que se desprende el alma y vuela a ocultarse en una flor a la espera de un mágico ser. Entonces, es cuando aparece el "Mainumby” (nombre guaraní del Colibrí) y recoge las almas desde las flores, para guiarlas amorosamente al Paraíso. Esta es la razón de que vuele de flor en flor.[/size]
[size=50]Se dice que cuándo en nuestro jardín aparece un "Colibrí" significa qué nos vienen a contar que las almas de los qué amamos están bien.

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Preciosa la leyenda, Violetta. 

Sí, Tombi, también me gustó mucho. 

Juan Antonio Hinojosa escribió:Cuando el Buen Dios creó al mundo...¡No me consulto!

Violeta Coqueta. No riegues el árbol estos días, porque Filomena lo toma a mal. Tiene mucha mala idea y te lo hiela

Esquizofelia escribió:Nop. Solo pociones y hechizos.
Me estoy preparando por si las nuevas autoridades me banean.

Parzival escribió:Hola Violetitta, deja reposar en esa sombras tan fresca mis pesares. Para mí no hay nada tan lindo como descubrir el verde de las copas de los árboles y el blanco tan limpio de las nubes, es como trasladar al arte a lo divino, a lo absoluto. En los días más aciagos de mi existencia suelo mirar esos dos lienzos, verde y blanco cada uno y descubrir con infinita maravilla como el milagro de la naturaleza pinta esos colores tan claros, tan nítidos, que profundizan en el alma de uno y lo hacen pertenecer a ello mismo.

A veces lloro porque soy naturaleza misma y a ella quiero regresar, callado, silencioso. A final de cuentas todos somos naturaleza y yo quiero pertenecer a tu árbol, que tanta tranquilidad te brinda.

Tomb escribió:Pues yo la he visto hacerle ojitos. :roll:

manugar escribió:

Tomb escribió:Pues yo la he visto hacerle ojitos. :roll:

¡No, es solo miopía!

Violetta escribió:

Parzival escribió:Hola Violetitta, deja reposar en esa sombras tan fresca mis pesares. Para mí no hay nada tan lindo como descubrir el verde de las copas de los árboles y el blanco tan limpio de las nubes, es como trasladar al arte a lo divino, a lo absoluto. En los días más aciagos de mi existencia suelo mirar esos dos lienzos, verde y blanco cada uno y descubrir con infinita maravilla como el milagro de la naturaleza pinta esos colores tan claros, tan nítidos, que profundizan en el alma de uno y lo hacen pertenecer a ello mismo.

A veces lloro porque soy naturaleza misma y a ella quiero regresar, callado, silencioso. A final de cuentas todos somos naturaleza y yo quiero pertenecer a tu árbol, que tanta tranquilidad te brinda.

Ven Parzi, ven, mira, vamos a recostarnos en el pasto verde, todavía tienen un poco de rocío, pero no importa, vamos a disfrutar de ese cielo azul que tanto te gusta y platícame qué ves.

Tomb escribió:Al autor desconocido se le olvidó mencionar que también somos brujas.

Vaiolet, has volvido!!  

Parzival escribió:Vengo a sentarme bajo la sombra de éste árbol a comer unos ricos tacos de frijol, espero que venga Violetita para invitarla. Traigo muchos platos y risas para que no se sienta solita y extrañe la convivencia.

Eso sí, cuidado Violetita, la salsa está picosa.

Tomb escribió:Oh, Violetta ¿qué te pasa, cielo? Me has puesto triste.

Violetta escribió:"El maestro llevaba muchos años predicando que la vida no era más que ilusión. Cuando murió su hijo, rompió a llorar. Sus discípulos se le acercaron y le dijeron:
-Maestro, ¿cómo puede llorar tanto si nos ha explicado que todas las cosas de esta vida son una ilusión?
-Sí -respondió el sabio, enjugándose las lágrimas que resbalaban por sus mejillas-, ¡él era una ilusión tan hermosa!"

Chuang Tze

Violetta escribió:"Dígame, ¿qué le pasa? ¿en qué le puedo ayudar?"  Me dijo el medico al verme entrar en su consultorio, un cuarto muy grande, de su lado derecho estaba su escritorio con una computadora que mientras yo hablaba él estaba escribiendo no sé qué cosas, a la izquierda estaba esa camilla a donde la ponen a uno como "cabrito asado" jaja con las piernas abiertas y enseñando todo su tesoro ¡qué horror! Mientras él escribía comencé a darle los motivos de mi visita. "Pues mire doctor, vengo porque lloro por nada, porque me enfado por nada, luego me pongo triste de nuevo y de repente me cambia el humor a la más feliz y ya me caí mal, no aguanto esta situación y yo creo que son mis hormonas". Cuando comenzó a notar un tono entrecortado en mi voz, dejó de escribir en su computadora y sus ojos apuntaron directamente a los míos, enderezó su espalda y se recargó en esa enorme silla negra. "Dígame por favor ¿desde cuándo se siente así? ¿está pasando por alguna situación fuerte en su casa?" Y bueno, la voz se me fue, los ojos se pusieron brillositos y el sentimiento afloró.  Él tranquilo, con toda la paciencia del mundo me dio mi espacio y esperó, bueno, para eso le pagué, tenía que escucharme, ¿no? "Doctor, pasé por algo fuerte en casa, decidí ponerle fin y me sentí muy tranquila, llegó una persona y pensé estar bien, me sentía feliz otra vez, pero lo alejé de mi vida, como casi siempre hago con todos los que me ofrecen su amor. Hace unos días llegó un amor de antaño mostrándome su cariño, lo alejé también, aunado a eso en casa está pasando... y además... todo se juntó con... y por si faltaba más, esto otro..." El doctor calladito me dio un pañuelo para limpiar el moquero que ya me estaba escurriendo y me pidió amablemente pasar a la camilla esa donde uno pierde la dignidad.  Me quitó lo que me tenía que quitar, me revisó bien, digo, yo iba guapa de todos lados, nos volvimos a su escritorio y yo a mi silla con mi cara de "ya me conoces TODO" jaja. La pena que duró segundos calmó mi penar y después de sus consejos médicos y mandarme hacer unos exámenes, me dio su diagnóstico: depresión.  

Y aquí estoy, en la lucha, no claudico, a veces me da pa abajo, a veces me da pa arriba, a veces no me da pa ningún lado, pero sigo y tengo motivos por los qué seguir.  

Y lo hablo y lo digo a los cuatro vientos porque no es nada por el que tener pena, al contrario, el médico me recomendó hablar, aceptar y tratar.  Y heme aquí, debajo de la sombra de este gran árbol que yo elegí un día (amo los árboles), lo considero mío, yo lo planté aquí, es mi refugio y de muchos otros.
Todo saldrá bien, todo irá mejor y sé que este encierro no ayuda mucho, pero yo sé que puedo.

A darle pues'n, que la vida es bella!

MagAnna escribió: