Tres palabras.

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre,

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!,

Entonces recordó aquella escena tan fatídica cuando ella quiso investigar su pasado. Un pasado lleno de historias retorcidas, de embrujos amorosos, de cables cruzados...de ligamentos rotos, y amargamente lloró su ausencia. Una ausencia comprensible, no le gustaba reconocerse tan narcisista, más lo reconoció. El teléfono sonó en varias oportunidades, descolgó con rabia. "Qué quieres ahora". Que me devuelvas el materno rosario que desapareció misteriosamente de mi despacho paterno donde trabajo, es un ultimátum -¿A la Tierra? A lo desconocido, a lo ignoto, desaparece ante mí.
Semanas más tarde, en un bar cerca de Miami, pude sorprenderla cabizbaja, acababa de perder su futuro hijo que desapareció inesperadamente, tomaba un martini acompañada de su intermitente congoja cuando de improviso ingresó el inspector Sánchez, con su monóculo, preguntando con insistencia: ¿dime quién fue? No obtuvo respuesta. Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos...

Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas

Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas.

Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja

Estaba demasiado ebria, tropezaba con todo. Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja.

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor"

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad.

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba tener siempre razón

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba tener siempre razón pero sin miramientos

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba tener siempre razón pero sin miramientos, a la yugular

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba tener siempre razón pero sin miramientos, a la yugular para no agacharse

Miraba sin ver. Sus ojos brillaban evidenciando la tristeza de reconocerse marginada, ignorada y dolida. Al entrar Marcelo, el presunto padre, comenzó a llorar. Por qué yo....soy el responsable?, ¡no, qué va!, no hubo testigos... ni miradas indiscretas... ni tampoco prostitutas. Sonó una colleja, destruyó su oreja ¿Pero... por qué?
"Fue por traidor" ¿Traidor a quién?, preguntó el hipócrita con total frialdad muy enaltecido porque conocía la verdad. Fue por casualidad que se vio en el espejo que Tomb rompió sólo un poquito porque le gustaba tener siempre razón pero sin miramientos, a la yugular para no agacharse por si acaso