Mi hermana

Mi hermana Chelsea y yo éramos uña y carne, aunque ella tenía trece años más que yo. Era una rebelde, se metía en todo tipo de problemas. Yo seguía sus pasos y quería ser como ella. Quizá algún día...

Cuando cumplí los doce años mis padres me contaron el secreto de Chelsea. Ella era mi madre, no mi hermana, ellos me cuidaron porque ella me tuvo siendo muy joven. Eso explicaba su forma de ser, dijeron, su comportamiento sin sentido.

- ¿Quién es mi padre? - pregunté, pero ellos no lo sabían. Me dijeron que ella les había dicho que un demonio entró en su habitación y la dejó embarazada. Asumieron que quería proteger a alguien, quizá a algún estúpido adolescente.

Esa misma noche abracé a Chelsea y le dije que lo sabía, pero que todo estaba bien y que la quería todavía más. "No puedo creer que no seamos hermanas", le dije.

Chelsea se echó a llorar en silencio y me susurró: "Somos hermanas".

"No", le dije. "Me han contado la verdad, que me tuviste con trece años. Pero para mí todo está bien. Te quiero de cualquier forma, pasara lo que pasara".

Me agarró con fuerza y me dijo: "Somos hermanas. También".

Mi corazón dejó de latir, sabiendo que Chelsea tenía mi edad cuando ocurrió. Fue entonces que adiviné que el demonio dormía al otro lado del pasillo...

Tremendo.

Uauuuu...! Qué fuerte!!